
Una película color ámbar invade los rincones de
Costa del Este. Una mancha amarilla se extiende sobre la costanera. Son las acacias o aromos de la costa en flor los que producen esta maravilla. Es el marco apropiado para un mar que va dejando atrás las aguas agitadas del invierno para recibir paulatinamente corrientes más cálidas y calmas que invita a futuros audaces bañistas.
Faltan aun unos pocos días para que «oficialmente» llegue la primavera pero en Costa del Este también los ciruelos en flor ya preparan su arribo. La playa y el bosque, patrimonio natural y protagonistas indiscutibles, son la fuente y riqueza del modo de vida de grandes y chicos.
Disfrutemos y cuidemos de este paisaje, que a la hora de «medir beneficios» nos brinda mucho más que aire puro.
Gestos sencillos como una caminata a orillas del mar nos puede regalar la posibilidad de encontrarnos con lo mejor de nosotros mismos, con nuestro lado más tolerante, más sensible, más humano. Como también, sentirnos plenos sin olvidar que la felicidad de vivir en este lugar nos compromete a trabajar y potenciar dones y valores que todos poseemos y podemos compartir.
M.C